La del Brasil, es una economía gigante, la cual se encuentra en
dificultades. Su actividad productiva e industrial, esta frenada por
los altos costos, que le impiden competir. La presidenta Dilma
Rousseff, está empeñada ahora, en defender a las empresas de dicho
País y a los empleos consiguientes. Si no hay empresarios no hay
empleos. Para apoyar a los productores locales, dispondrá
exoneraciones fiscales a los productores, por un monto de US$ 5.500
millones de dólares.